dimarts, 27 de novembre del 2007

FARELL DEL MEU DESIG





Company, farell del meu desig
Arc de llum que tot ho envolta,
Lluny de tu, melangia del sentits
A prop embruix sublim.
Ressegueixo el teu cos amb dits ardents
M’omplo de tu assossegant la meva set
Sobre la catifa de fulles daurades
Arbre de llum, foc creixent
Que els sentits amoixen,
Instant fecund, unió d’ànimes
Esclat dels sentits que ens uneixen
Vida donada en cada bes.


Carme Marquès

HORA CREPUSCULAR





En la hora del crepúsculo

la calma invade la mirada.

Soy testigo y serlo

requiere siempre distancia.

Observo, pues, desde la distancia

que lo abarca todo,

las pasiones ya no perturban mi albedrío.

Soy clarividente porque

ya no vivo sumergida

en la nebulosa de mis sueños.

La calma invade la mirada del testigo.


Soy libre al fin.
Carme Martin

SONET A L'AMIC AMAT
























Amic, amat, amb goig també voldria
jeure, xamosa i somrient, al teu costat
damunt la gespa blana, un daurat dia,
sota un frondós arbre, de rosa aponcellat.



I que, del meu cavaller, la lleial testa,
en ma púdica i gentil falda reclinada,
a l'oreig de lliris, violetes i ginesta,
servés la pau de cos i ànima somniada.


Cavaller meu, brau heroi i paladí
reposem un instant damunt l'herba gemada
que, aviat, ben dirligents, nostre camí
rependrem a la rosaba albada
i, dels déus, present preciós i fi,
nostre esmorzar deliciós, és la rosada.



Montserrat Fortuny

EL DOLOR




Se parece el dolor un gran espacio
recordar no podría
cuándo empezó;
si hubo sin el un solo dia. (Emili Dickinson
)


Se parece a un interminable cardumen
extendiéndose por el océano infinito.
Como cielo oscurecido
por negras nubes apretadas:
todo lo abarca, todo lo cubre.


La tristeza, su expresión.


Se vislumbra una luz,
que apenas capta
quien con ahínco la busca.
Da infalibles balbuceos,
tiernos en su devenir.
Abriéndose paso
en la adversa inmensidad,
resquebraja el cielo para crecer,
fortificándose en su pugna por ser.


La esperanza, su expresión.


Un arco iris brilla
con ignota intensidad;
alcanza su máximo esplendor
para difuminarse i desaparecer
ante la fuerte luminosidad.
Trastoca en oro la luz que,
serena y confiada,
triunfante se erige
reina del firmamento.


La alegría, su expresión.


Dolores Marín

EL EFECTO INVERNADERO



Los árboles alargaban sus ramas hacia el infinito en claro gesto su súplica.
La tierra ardía roja de cólera por el comportamiento humano.
Las plantas lloraban ante la imposibilidad de que sus simientes crecieran y dieran vida a hermosas y reconfortantes flores.
Los ríos morían lentamente y se convertían en lenguas blanquecinas y sedientas .
Las fuentes morían de inanición.
Los campos y los bosques se resquebrajaban y cualquier pequeña chispa de fuego podía convertirlos en un infierno ambulante.
En medio planeta no llovía y el otro medio se inundaba.
Los hielos se derretían y los mares inundaban las costas de muchas ciudades.
Los desiertos avanzaban y millones de personas tuvieron que emigrar a otras tierras, el hambre terminó con la vida de millones de ellos.
Mientras, algunos humanos sedientos de poder y ciegos por convicción, seguían llenando l’atmósfera de gases invernadero.
La cuentas corrientes de algunos se llenaban más y más, pero su ansia de poseer no decrecía.
Otros se mostraban indiferentes ante el desastre argumentando que lo que pasaba no iba con ellos.
Finalmente el resto de la población, inconsciente o no sufría directamente los inconvenientes autocráticos del sistema.
Solo unos pocos comprendieron el alcance de la tragedia y luchaban por abrir las mentes de los inconscientes y los ojos de los ciegos y eran tachados de locos.



Llegó el día en que toda la humanidad se peleaba no ya por poseer petróleo, que ya se había acabado, sino por conseguir agua,
Se iniciaron cruentas guerras que llevaron al planeta a la extinción.
Pasó un millón de años y nubes nuevas derramaron su maná sobre la tierra sedienta, las plantas dieron de nuevo flores y frutos.
Los ríos llenaron sus cauces y nuevos peces nadaron alegremente por sus aguas llenando de vida el lugar y el ciclo se inicio de nuevo.


De pronto llegó al lugar un animal que se sostenía con dos patas y el resto de animales huyó despavorido ante la temida imagen.


Carme Martín