Aplico mi oído al pálpito del tabique
grabo lo que no tiene forma
el cansancio entorna la mirada
miopía de celofán.
Dispuesta a ser plata clara entre mis dedos
caldeo mi cuerpo de humus
hasta que el frío traspasa la sábana
espasmo redondo, tangente pautada.
Me recreo en la espiral
cinco bolsas anaranjadas
cuelgan del árbol de navidad,
el bienestar es sentir mi latido
de este modo no de otro.
Consol S. Bondia
dijous 15 maig 2008