dimecres, 20 de febrer del 2008

LEVANTA LOS OJOS








Levanta los ojos
a la nueva vida
la espesa plataforma
que el dolor construye
como sombra larga
que todo lo cubre,
con la luna llena
la oscuridad consume,
las madres araña
su signo imprimen
en la noche llegan
en su negra nube.
Ya hace ocho años,
y el dolor disminuye,
levanta los ojos
que la esperanza fluye.


Carme Martin

LEVANTA LOS OJOS luego de oír varias palmadas solemnes provenientes de

LA ESPESA PLATAFORMA, de pie al final del caserío.

COMO SOMBRA que busca cobijo, se contornea siguiendo las fachadas de las casas señoriales, iluminadas

CON LA LUNA llena del incipiente verano.
Ya está aquí y, como las

MADRES, ARAÑA en su rastro nocturno todo cuanto teme que las ataquen.

EN LA NOCHE LLEGAN sonidos de la jungla próxima y desde que es madre, desde

HACE OCHO AÑOS, la serpiente repta sigilosa para sorprender al peligroso enemigo de sus crías.

Dolores Marín

Aixeca els ulls, mira el cel
cobert de densos núvols,
l’espessa plataforma des d’on
s’escampa la tristesa universal que
com ombra que fereix l’esperit,
juga amb avantatge
amb la lluna argentada que vol il·luminar
la fosca nit perquè ara,
per més que s’hi esforcin,
les mares aranya no poden veure
les seves cries que, perduda la guia,
enfilen camins equivocats i
en la nit arriben a arbres estranys
On no poden créixer i on
fa vuit anys ja, intenten teixiruna tela impossible

Núria Soler

Levanta los ojos cuando pienses en mí, así, nuestras miradas, enlazadas más allá de los barrotes, se reconocerán entre el humo, la neblina y la espesa plataforma que construyó nuestro amor. Sonríe cuando oigas el rumor del viento atravesar tus cabellos pues reconocerás en él los latidos de mi corazón. Como sombra que forma el ciprés en la tapia del cementerio nuestros recuerdos compartidos se pegarán a mi cuerpo; y, con la luna, en esa hora nona cuando los cuervos duermen con los ojos abiertos y sus picos afilados se alimentan de carroña, crueldad de los tiranos; los que me alejaron de ti, protegen sus crímenes como las madres arañas protegen sus víctimas atrapadas en hilos de seda, prometiéndoles perlas de rocío al Alba cuando las estrellas agonizan, mientras yo, apenas vivo, privado de tu presencia, encerrado. Tiemblo, pues en la noche, llegan los pensamientos más persistentes: tú y yo abrazados, entrelazados nuestros cuerpos más allá de la infinitud donde ellos nunca lograron atraparnos. Hoy hace ocho años que nos separaron. Mis huesos quebrados crujen sin sentido y tu cuerpo, rendido, yace en la tierra, donde pronto llevaré el mío.

M Carmen Briones