dimarts, 8 d’abril del 2008

NO HAY RIMA PARA EL LAMENTO




















Crujen mis parietales
el desmayo avanza
y tengo que apoyarme
en barandillas imaginarias
diminuto esfuerzo capaz de mermar mi pulso
y exajerar mi quejido, potenciarlo, bruñirlo
hasta hacerlo carne viva.

No hay rima para el lamento
me tumbo en caricias benignas
por unos minutos desconecto
parece que se apacigua
que se retraeque se queda corto
ínfimo, leve, apenas un roce.

Apetezco un bocado ligero
un trago que calme mis quemaduras
un sueño que sea balanceo de cuna
canción de cuna
mano de cuna,
silencio de cuna en silencio.

Hoy no es peor que ayer
tan sólo el carrete quedó desnudo
sin hilo que echarse al cuerpo
sin nudo que deshacer
sin peso ni volumen
sólo vértigo.

Cicatrices sin adjetivos suficientes.
Acudo al cuaderno para lanzar mis terrores
requiero todo lo que huye de mí
no hay causa para tanto dolor
pero duele y se amplifica desde la médula
hasta la periferia condensada
en arrastrarse hasta caer de bruces.

No me levantes, así estoy bien
horizontal y suficiente al fin.



Consol S. Buencia