“Si continúa esta situación, me volveré loco”, pensaba Luis mientras buscaba el porqué de aquel fenómeno. Ocurría desde no hacía mucho tiempo, pero apenas intuía algún motivo que causara tal desaguisado. ¿Y si escribiera a Amadeu? Quizás le ayudaría.
Estimado Amadeu:
Se sorprenderá recibir esta carta, luego largo silencio. Ya habrá adivinado
motivo misma. efecto, problema -- tanto extravagante-- se presenta desde
tiempo hasta esta parte. hecho es, al escribir algo, palabras más repito escapan
papel, dejando estos horribles huecos destruyen continuidad lo escrito.
He pensado Ud., dada calidad miembro RAE, podría ayudarme
resolver caos.
Esperando noticias, saluda afecto,
Luis
Apreciado amigo Luis:
En verdad, su misiva me ha sorprendido muy notablemente y confieso estar, por vez primera, ante un hecho de tal envergadura. Asimismo asevero que me resulta imposible encontrarle solución.
Entre mis más apreciados colaboradores, hay uno que –particularmente-- merece mi profundo respeto profesional. Es médico siquiatra y si Ud. no se opone, podría mediar a su favor para conseguirle una pronta entrevista.
Saludos cordiales,
Amadeu
* * * * *
-- Estoy convencido Joan responsable lo me ocurre. fenómeno inicial fue través
escritura. Ya ve, doctor, ahora ha extendido habla. medida transcurre tiempo,
problema agrava llegará punto quedaré mudo. Empiezo desesperar.
-- ¿Quién es Joan?
-- profesor “Taller escritura” al asisto. Con esa insistencia en eliminemos
palabras repetidas, parecería éstas hubieran cobrado vida, menos, pensaran sí mismas, ofendiéndose ser discriminadas. Toda búsqueda solución resultado infructuosa.
ruego encarecidamente me ayude encontrarla.
-- Aunque le parezca mentira, este defecto es general a todos los profesores de Literatura. Ya han sido tratados casos similares al suyo, consiguiendo resultados francamente satisfactorios. El mal que Ud. padece se llama “Síndrome del Novel Literato”. Pongo a su disposición unos ejercicios que deberá realizar según el orden indicado. Tranquilícese: ¡lo combatiremos! Vuelva a visitarme en quince días y verá los avances...
Perplejo salió Luis del consultorio con aquel obeso carpetón, conteniendo cientos de hojas con instrucciones casi ininteligibles. Por la noche se sentaría a desenredar semejante maraña, tarea necesaria para volver a ser él mismo.
-- ¿Sabía que tuve el Síndrome del Novel Literato?
Aquella carta que me escribió sembró en mí tal preocupación que, aun intentando no manifestársela, ipso facto me puse en contacto con mi amigo, el doctor Vergara.
-- ¡Buenas tardes! ¿Cómo se encuentra hoy?
-- Estic pitjor. Puc dir totes les paraules, però no puc parlar en castellà. Aquí té els exercicis que em va donar.
-- ¡Soberbio! Con Ud. he probado mi nuevo método de desbloqueo lingüístico. Ha sido un éxito. La siguiente fase consistirá en realizar otros ejercicios.
-- ¡Hola! ¿Qué tal está?
-- Más o menys. Ara hablo en una barreja que casi no entiende ningú.
-- ¡Estupendo! Poco a poco verá cómo va mejorando...Cada quincena Luis iba puntual a su cita, apreciando una notable mejoría. Gradualmente, las palabras huidas –como las últimas piezas de un puzzle—volvían a ocupar su lugar en los huecos diseminados por sus escritos. Joan obviaba los sonidos molestos, mientras Luis aprendió a desterrar los altisonantes. Dos voluntades que supieron aunarse, prosiguiendo juntas un mismo camino.
Dolores Marín